Panthera uncia

Los leopardos de las nieves son solitarios y escurridizos, adaptados a la vida en terrenos escarpados de gran altitud. Son cazadores expertos, que se alimentan de ungulados de montaña como las ovejas azules y los íbices, utilizando tácticas de sigilo y emboscada.

La reproducción entre los leopardos de las nieves ocurre típicamente a finales del invierno o principios de la primavera. Las hembras dan a luz a una camada de 2 a 3 cachorros, generalmente, después de un período de gestación de aproximadamente 90 a 100 días. Los cachorros permanecen con su madre durante unos 18 a 22 meses, aprendiendo habilidades esenciales de caza y supervivencia.

Los leopardos de las nieves tienen cuerpos largos y poderosos y un pelaje grueso que los aísla del frío. Sus colas son largas y gruesas, lo que les ayuda a mantener el equilibrio y actúa como una capa cálida cuando se enrollan alrededor de su cuerpo en condiciones climáticas severas.

Los leopardos de las nieves han habitado las remotas regiones montañosas de Asia durante miles de años. Son culturalmente significativos en muchas tradiciones locales y enfrentan crecientes amenazas debido a la pérdida de hábitat, la caza furtiva y el conflicto entre humanos y vida silvestre.

Los leopardos de las nieves están catalogados como Vulnerables por la Lista Roja de la UICN debido a una tendencia de disminución en su población. Los esfuerzos de conservación se centran en la protección de su hábitat, la reducción del conflicto entre humanos y vida silvestre, y en la lucha contra el comercio ilegal de vida silvestre para garantizar la supervivencia de esta especie icónica.