Ovibos moschatus

Los bueyes almizcleros son animales de manada que viven en grupos, desde unos pocos individuos hasta manadas más grandes. Están bien adaptados a los ambientes fríos y son conocidos por su comportamiento social. Durante el invierno, forman grupos compactos para conservar el calor. Cuando se sienten amenazados, rodean a sus crías y se enfrentan hacia afuera, usando sus afilados cuernos para protegerse.

Las hembras de buey almizclero, conocidas como vacas, dan a luz a una sola cría en primavera. Las crías nacen típicamente con un abrigo protector de pelaje y pueden ponerse de pie y caminar poco después de nacer. La manada cuida colectivamente a las crías, brindándoles protección contra los depredadores.

Los bueyes almizcleros tienen un cuerpo robusto cubierto con un denso pelaje lanoso que sirve como aislamiento en climas fríos. Su grueso pelaje puede ser marrón, negro o gris, y llega hasta el suelo. Tanto los machos (toros) como las hembras tienen cuernos curvados y afilados que se utilizan para la defensa y la competencia. Estos cuernos curvados pueden alcanzar longitudes impresionantes.

Los bueyes almizcleros tienen una larga historia de interacción con los pueblos indígenas del Ártico, quienes los han cazado por su carne, pieles y pelaje. El nombre "Buey Almizclero" proviene del fuerte olor almizclado que emiten los machos durante la temporada de celo.

Los bueyes almizcleros enfrentaron importantes declives poblacionales en el pasado debido a la caza y la pérdida de hábitat. Sin embargo, han sido objeto de esfuerzos de conservación, incluidos programas de reintroducción en algunas áreas. Actualmente están catalogados como una especie de "preocupación menor" por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), aunque el estado de las poblaciones individuales puede variar. Las medidas de conservación incluyen regulaciones de caza y protección del hábitat para asegurar la supervivencia continua de estos emblemáticos mamíferos del Ártico.