La raza se ha adaptado al clima frío de Noruega, desarrollando un pelaje doble grueso e impermeable, orejas con mechones y una cola tupida para protegerse de la nieve y el clima frío. La cría responsable de los Gatos Bosque de Noruega se centra en mantener las características naturales de la raza, incluida su salud robusta, apariencia única y temperamento gentil. Los criadores también examinan problemas genéticos comunes en la raza, como displasia de cadera y enfermedades cardíacas, para garantizar la salud y longevidad de sus gatitos.