Rhinoderma darwinii

Las Ranas de Darwin son terrestres y diurnas, alimentándose principalmente de insectos pequeños. Su coloración críptica les permite evitar a los depredadores permaneciendo inmóviles, lo que les hace difíciles de detectar entre las hojas secas. Cuando se sienten amenazadas, a menudo se hacen las muertas para engañar aún más a los posibles depredadores.

Uno de los aspectos más notables de la Rana de Darwin es su comportamiento reproductivo. Los machos llevan los huevos fertilizados en sus sacos vocales, donde se desarrollan, eludiendo la fase de renacuajo. Después de unas dos semanas, los renacuajos completamente formados emergen directamente de la boca del macho.

La Rana de Darwin es pequeña, midiendo típicamente hasta 2,5 cm (alrededor de 1 pulgada) de largo. Su cuerpo es delgado y alargado, con un hocico afilado que mejora su semejanza con una hoja, ayudando en su estrategia de supervivencia contra los depredadores.

La Rana de Darwin fue descubierta por primera vez en Chile durante el viaje de Charles Darwin en el HMS Beagle en la década de 1830. Habita los bosques templados de Chile y Argentina, donde se ha adaptado bien al ambiente húmedo y musgoso.

Actualmente, la Rana de Darwin está clasificada como Vulnerable, con algunas poblaciones posiblemente extintas. Las principales amenazas para esta especie incluyen la destrucción de su hábitat debido a la tala y expansión agrícola, así como enfermedades como la quitridiomicosis. Los esfuerzos de conservación se centran en la protección de hábitats y la investigación sobre enfermedades para prevenir más declives.