Lepus alleni

Las liebres antílope son conocidas por su increíble velocidad y agilidad, que utilizan para escapar de los depredadores. Son en su mayoría nocturnas, prefiriendo alimentarse de noche con una variedad de pastos y cactus. Durante el día, suelen descansar en áreas sombreadas para evitar el calor extremo.

La temporada de cría de las liebres antílope ocurre típicamente en la primavera y principios del verano. Las hembras pueden producir varias camadas al año, cada una con entre uno y cinco jóvenes. Los jóvenes son precoces, nacen completamente peludos y con los ojos abiertos, y se desarrollan rápidamente.

Esta especie es una de las liebres más grandes de América del Norte, con adultos que pesan hasta 4 kg y tienen una longitud corporal de hasta 61 cm. Sus largas patas y grandes orejas no solo son características distintivas, sino también adaptaciones cruciales a su hábitat desértico.

La liebre antílope ha sido una parte importante de los ecosistemas desérticos, sirviendo como presa para varios depredadores y jugando un papel en la dispersión de semillas a través de su dieta.

Aunque la liebre antílope no está actualmente catalogada como en peligro de extinción, su población enfrenta presiones por la pérdida de hábitat debido a la expansión agrícola y el desarrollo urbano. Los esfuerzos de conservación se centran en la preservación de su hábitat y en el monitoreo de las tendencias poblacionales para asegurar que siga siendo una especie estable en su área nativa.