Oryctolagus cuniculus

Las liebres belgas son conejos enérgicos y activos, que muestran comportamientos curiosos y juguetones. Requieren amplio espacio y estimulación mental para prosperar, ya que disfrutan saltando y explorando su entorno. También pueden formar fuertes lazos con sus cuidadores humanos.

La cría de liebres belgas implica una cuidadosa selección de individuos basados en características deseadas como la forma del cuerpo, el color del pelaje y el temperamento. Cumplir con los estándares de la raza es esencial para garantizar la salud y la calidad de la descendencia.

Las liebres belgas tienen una estructura atlética y agilidad, lo que las distingue de otras razas de conejos domésticos. Poseen agudos sentidos del olfato y la audición, los cuales utilizan para navegar y detectar posibles amenazas en su entorno.

Originarias de Bélgica a finales del siglo XIX, las liebres belgas fueron desarrolladas mediante cría selectiva de diversas razas de conejos para parecerse a las liebres salvajes. Ganaron popularidad como conejos de exhibición en los Estados Unidos y Europa a principios del siglo XX.

Reconocidas como una raza distinta por organizaciones de cría de conejos como la American Rabbit Breeders Association (ARBA) y el British Rabbit Council (BRC), las liebres belgas, aunque no tan comunes como otras razas, siguen siendo valoradas por los entusiastas y criadores por su apariencia única y su personalidad vivaz.