Oryctolagus cuniculus

Los conejos Holandeses son conocidos por su disposición tranquila y amigable, lo que los convierte en mascotas populares, especialmente para familias. Son sociales, disfrutan de la interacción con los humanos y, en general, son fáciles de manejar. Su naturaleza gentil también los hace aptos para exhibiciones de conejos y como animales de terapia.

La cría de conejos Holandeses requiere una cuidadosa atención a los patrones de color y el tipo de cuerpo para cumplir con los estándares específicos de la raza. Mantener las marcas distintivas y la complexión correcta es un enfoque clave para los criadores. La raza es conocida por su salud robusta y buen temperamento.

Los conejos Holandeses suelen pesar entre 4 y 5.5 libras (1.8 a 2.5 kg). Tienen un cuerpo compacto y bien proporcionado, que es fuerte y musculoso. Su pelaje es corto, denso y requiere poco mantenimiento, lo que los hace relativamente fáciles de cuidar como mascotas.

A pesar de su nombre, el Conejo Holandés se originó en Inglaterra en el siglo XIX. Proviene del Petite Brabançon, que fue llevado de los Países Bajos a Inglaterra, donde se desarrolló el Conejo Holandés. Rápidamente se convirtió en una de las razas de conejos más populares a nivel mundial.

El Conejo Holandés sigue siendo una de las razas de conejos más famosas y reconocibles a nivel mundial. Es frecuente verlo en exhibiciones competitivas de conejos y es una opción favorita como mascota doméstica. La raza no se considera en riesgo y disfruta de una población estable gracias a su popularidad duradera y adaptabilidad.