Eublepharis macularius

Los Geckos Leopardos son conocidos por su temperamento dócil y tranquilo, lo que los convierte en mascotas populares. Son nocturnos, pasan el día escondidos bajo rocas o en madrigueras para escapar del calor, y emergen por la noche para cazar. Estos geckos son terrestres y no poseen las almohadillas adhesivas en los dedos como otros geckos, por lo que no suelen trepar.

Los Geckos Leopardos se reproducen bien en cautiverio, lo que ha contribuido a su popularidad como mascotas. La temporada de reproducción de estos geckos comienza en primavera, cuando aumentan las temperaturas. Las hembras ponen nidadas de uno a dos huevos, que entierran en tierra húmeda o arena para incubarlos.

Los Geckos Leopardos son lagartos de tamaño pequeño a mediano, que suelen medir entre 20 y 25 cm de largo (8 a 10 pulgadas). Tienen un patrón distintivo de manchas, de donde proviene su nombre, y un cuerpo robusto con una cola grande donde almacenan grasa. Su piel es lisa y la mudan regularmente a medida que crecen.

Los Geckos Leopardos son nativos de regiones áridas del sur de Asia, incluidas partes de India, Pakistán y Afganistán. Han sido criados en cautiverio durante décadas, lo que ha dado lugar a una variedad de morfos de color y patrón más allá de su típica apariencia salvaje de manchas amarillas y negras.

Los Geckos Leopardos no se consideran en peligro de extinción y se encuentran abundantemente tanto en la naturaleza como en cautiverio. Son uno de los lagartos más comunes como mascotas debido a su naturaleza tranquila y bajos requerimientos de cuidado. En la naturaleza, continúan prosperando en su hábitat natural a pesar de las presiones de la fragmentación del hábitat.