Liebre Ártica
Estas grandes liebres tienen un pelaje blanco en invierno y están adaptadas a climas fríos, se encuentran en el norte de Canadá y Groenlandia, alimentándose de plantas lechosas.
Nombre científico
Lepus arcticus
Comportamiento
Las liebres árticas son principalmente animales solitarios, pero se sabe que forman grandes grupos, a veces de cientos de individuos, al alimentarse o durante los meses de invierno para mantenerse calientes y protegerse de los depredadores. Son excavadoras excepcionales, utilizando sus poderosas patas para destapar la vegetación enterrada en la nieve. Para escapar de los depredadores, dependen de su asombrosa velocidad y agilidad, capaces de alcanzar hasta 60 km/h (37 mph).
Reproducción
La temporada de cría de las liebres árticas comienza en abril o mayo, con las hembras dando a luz una o dos camadas al año, cada una de 1 a 8 crías. Las crías nacen completamente peludas y con los ojos abiertos, listas para defenderse poco después de su nacimiento, lo cual es crucial para su supervivencia en sus hábitats ricos en depredadores.
Características
Las liebres árticas tienen un espeso pelaje blanco de invierno que proporciona tanto camuflaje en condiciones de nieve como aislamiento contra el frío, con algunas poblaciones volviéndose gris-azul en verano para mezclarse con el terreno rocoso. Tienen orejas cortas, pestañas negras que protegen del resplandor del sol sobre la nieve y poderosas patas traseras. Los adultos pueden pesar hasta 7 kg (15 libras) y medir hasta 70 cm (27.5 pulgadas) de largo.
Historia
La liebre ártica habita las áreas de tundra y las zonas montañosas rocosas del Ártico y subártico, donde la vegetación es escasa. Están bien adaptadas a estos entornos, con características físicas y comportamentales que les permiten sobrevivir al frío extremo y la escasez de alimentos.
Estado actual
La liebre ártica no se considera actualmente en peligro de extinción, principalmente debido a su amplia distribución en áreas remotas con pocas amenazas humanas. Sin embargo, como muchas especies árticas, enfrenta desafíos del cambio climático, que está alterando su hábitat y podría afectar sus fuentes de alimento. El impacto del cambio climático en los ecosistemas árticos es complejo, y la supervivencia a largo plazo de la liebre ártica dependerá de cómo estos ecosistemas se adapten a las condiciones cambiantes.