Los lobos árticos son animales muy sociales, viven y cazan en manadas que generalmente consisten de 5 a 7 miembros, aunque algunas pueden llegar a tener hasta 20 individuos. Su estructura social es jerárquica, liderada por un macho y una hembra alfa. Estos lobos son conocidos por su resistencia para recorrer largas distancias, especialmente durante las cacerías, las cuales son cruciales para su supervivencia en el escaso entorno de la tundra. Su presa principal son los mamíferos árticos, como los renos, bueyes almizcleros y liebres árticas. Los lobos árticos se han adaptado a su entorno con comportamientos y características físicas que les permiten sobrevivir al frío extremo y a los meses de oscuridad.