Aptenodytes patagonicus

Los Pingüinos Rey son notables por su presencia majestuosa y su comportamiento social, formando grandes colonias para la cría y la muda. Son buceadores excepcionales, capaces de sumergirse a profundidades de más de 300 metros en busca de peces y calamares.

Su ciclo reproductivo es único, ya que dura más de un año, lo que significa que solo pueden reproducirse cada dos años. Los huevos se ponen en el suelo desnudo o sobre pequeños montículos de piedras, y se incuban sobre los pies de los padres, bajo un pliegue de piel.

Distinguibles por sus brillantes parches naranjas en las orejas y el pecho, los Pingüinos Rey son la segunda especie de pingüino más grande, alcanzando hasta 95 cm de altura. Tienen un cuerpo aerodinámico adaptado a su estilo de vida acuático.

El Pingüino Rey tiene una rica historia de interacción con los seres humanos, que data de las primeras expediciones antárticas. Inicialmente explotados por su aceite, sus poblaciones se han recuperado gracias a los esfuerzos de conservación. Han sido objeto de investigaciones que han contribuido en gran medida a comprender la adaptación de las aves a entornos extremos.

El Pingüino Rey está actualmente clasificado como de Preocupación Menor, con poblaciones estables e incluso en aumento en algunas áreas. Sin embargo, siguen siendo vulnerables al cambio climático y a los cambios en su ecosistema marino, lo que puede afectar su suministro de alimentos. Los esfuerzos de conservación se centran en proteger su hábitat natural y comprender el impacto de los cambios ambientales en sus poblaciones.