El estado de conservación de los lemmings generalmente no es el foco de los esfuerzos de conservación porque su dinámica poblacional está principalmente impulsada por ciclos naturales. Sin embargo, su hábitat puede verse afectado por el cambio climático, lo que puede impactar la disponibilidad de alimentos y condiciones adecuadas para vivir. Los lemmings juegan un papel crucial en los ecosistemas árticos como presas de varios depredadores, incluidos zorros árticos, búhos y mustélidos, y su dinámica poblacional tiene efectos de gran alcance en la cadena alimentaria del Ártico.