Alce
El alce (Alces alces) es el miembro más grande de la familia de los ciervos, Cervidae, conocido por su imponente estatura, patas largas, hocico distintivo y las enormes astas que llevan los machos. Los alces están distribuidos en los bosques del norte de América del Norte, Europa y Asia, adaptados a climas fríos y prosperando en bosques boreales y mixtos de hojas caducas.
Nombre científico
Alces alces
Comportamiento
Los alces son animales solitarios, excepto las madres con sus crías. No son territoriales, pero tienen áreas de hogar que usan estacionalmente. Estas majestuosas criaturas son ramoneadores, alimentándose de hojas, corteza, piñas, ramas y vegetación acuática. En verano, a menudo se encuentran cerca de lagos, ríos o humedales, donde consumen grandes cantidades de plantas acuáticas, demostrando sus excelentes habilidades para nadar.
Reproducción
La temporada de apareamiento, o celo, ocurre en otoño. Durante este tiempo, los machos se vuelven más agresivos y buscan activamente a las hembras. Los machos realizan demostraciones de dominancia, que pueden conducir a intensos combates usando sus astas. Después del apareamiento, la hembra pasa por un período de gestación de unos 8 meses, dando a luz a una o dos crías en primavera. Las crías permanecen con su madre durante un año, o hasta que esta vuelve a dar a luz.
Características
Los alces son conocidos por su gran tamaño, con machos (toros) que pueden alcanzar hasta 2,1 metros de altura en los hombros, siendo los más altos de la familia de los ciervos. Los toros pueden pesar más de 635 kilogramos, mientras que las hembras (vacas) son más pequeñas. Las astas de un toro adulto son anchas y palmeadas, asemejándose a manos abiertas, y pueden superar los 1,8 metros de envergadura. Los alces tienen un hocico largo y caído, y una "campana" o papada bajo la garganta, más prominente en los toros.
Historia
Históricamente, los alces han desempeñado un papel importante en la cultura y la supervivencia de los pueblos indígenas del hemisferio norte, proporcionando materiales para herramientas, ropa y alimentos. La colonización europea y la expansión de los asentamientos humanos provocaron cambios en los hábitats y las poblaciones de alces. En algunas áreas, la caza excesiva y la pérdida de hábitat redujeron significativamente sus números.
Estado actual
La población global de alces se considera estable, pero existen variaciones regionales, con algunas poblaciones en declive debido a la fragmentación del hábitat, el cambio climático, la presión de la caza y el aumento de la depredación. En América del Norte, los esfuerzos de conservación y las prácticas de manejo, como la caza regulada y la restauración de hábitats, han sido exitosos para mantener poblaciones saludables de alces en muchas áreas. Sin embargo, el cambio climático representa una nueva amenaza, afectando la disponibilidad de hábitats y fuentes de alimentos adecuados, e incrementando la vulnerabilidad a enfermedades y parásitos como las garrapatas de invierno, que han sido particularmente perjudiciales para las crías de alces. La conservación del alce implica el monitoreo de poblaciones, la gestión de sus hábitats, la regulación de la caza para garantizar poblaciones sostenibles y el abordaje de amenazas emergentes como el cambio climático y las enfermedades. Como una especie icónica de los bosques del norte, el alce sigue siendo un punto focal en los esfuerzos de conservación y manejo de la vida silvestre.