Esta especie se destaca por su brillo metálico iridiscente (tonos dorados, verdes y azules) y un cuerpo robusto y convexo, típico de los escarabajos ciervo. El tamaño varía según el sexo y la región, y los adultos suelen encontrarse dentro del rango pequeño a mediano de esta familia; los machos presentan mandíbulas agrandadas utilizadas en interacciones competitivas, mientras que las hembras tienen mandíbulas más pequeñas pero funcionales.