Dynastes hercules

Principalmente nocturnos, los adultos son más activos de noche cuando se alimentan de savia de los árboles, frutas maduras y otros exudados azucarados; también se sienten atraídos por las luces. Los machos utilizan sus cuernos cefálicos y torácicos emparejados para luchar contra rivales (levantándolos o volteándolos) con el fin de acceder a parejas o sitios de alimentación; a pesar de su tamaño, son voladores capaces.

Las hembras depositan huevos en madera en descomposición o en hojarasca rica; las larvas que eclosionan son de color crema, en forma de C, y se alimentan de madera podrida y materia orgánica. El desarrollo larvario es largo (comúnmente de 12 a 24 meses, dependiendo de la temperatura, calidad del alimento y subespecie), seguido de la pupación en el suelo o en troncos podridos y de una etapa adulta que generalmente dura unos meses.

Dimorfismo sexual marcado: los machos son mucho más grandes y poseen cuernos prominentes, mientras que las hembras carecen de ellos o solo tienen proyecciones cortas. Los adultos pueden alcanzar entre 10 y 17 cm incluyendo los cuernos (el tamaño varía según la subespecie); las larvas pueden crecer mucho y son importantes descomponedoras. La especie muestra una variación geográfica considerable en color, forma de los cuernos y proporciones corporales.

Originario de la región neotropical (sur de México, América Central, partes de América del Sur y algunas islas del Caribe), este escarabajo ha atraído desde hace mucho tiempo el interés científico y público por su tamaño y fuerza — de ahí su nombre en referencia al héroe mítico Hércules. Fue descrito en el siglo XVIII y ha aparecido en colecciones entomológicas y referencias culturales en toda su distribución.

Dynastes hercules no está catalogado como globalmente amenazado; muchas poblaciones siguen siendo comunes donde persisten los hábitats forestales. Sin embargo, las amenazas locales incluyen la deforestación, la fragmentación del hábitat y la recolección para el comercio de mascotas/insectos; algunas subespecies isleñas o de distribución restringida son más vulnerables y se benefician de la protección del hábitat y de medidas de recolección sostenible.