Giraffa camelopardalis

Las jirafas son animales sociales que viven en manadas abiertas y poco estructuradas, sin una jerarquía estricta. Son conocidas por sus largos cuellos, que utilizan para alimentarse de hojas y ramas de las copas de los árboles, principalmente de acacias. Su altura también les proporciona un punto de vista privilegiado para detectar depredadores.

Las jirafas hembras dan a luz de pie, dejando caer a sus crías desde una altura de unos 2 metros. Las crías pueden ponerse de pie y correr pocas horas después de nacer. Las jirafas tienen un período de gestación de aproximadamente 15 meses, y las madres son protectoras, manteniendo a sus crías cerca durante las primeras semanas.

La jirafa es el animal terrestre más alto, con machos adultos que alcanzan hasta 5,5 metros de altura. Su pelaje tiene un patrón distintivo de manchas marrones separadas por líneas más claras, único para cada individuo. Sus largas patas y cuellos son adaptaciones a su estilo de vida como ramoneadoras.

Las jirafas han fascinado a los humanos durante milenios, apareciendo en el arte del antiguo Egipto y siendo descritas más tarde por eruditos romanos y griegos, quienes se maravillaron por su apariencia única. A menudo se entregaban como regalos exóticos a monarcas europeos.

Las jirafas están clasificadas como Vulnerables a la extinción en la Lista Roja de la UICN, y algunas subespecies están aún más amenazadas. Sus poblaciones están disminuyendo debido a la pérdida de hábitat, la caza furtiva y los conflictos civiles en sus hábitats nativos. Los esfuerzos de conservación incluyen la restauración de hábitats, patrullas contra la caza furtiva y programas educativos para garantizar su supervivencia.