Los lobos grises tienen un cuerpo grueso cubierto de pelaje, con una cola peluda, orejas erectas y un hocico largo. Poseen sentidos agudos de vista, olfato y audición, que les ayudan a localizar presas y comunicarse con otros miembros de la manada. Los lobos son altamente adaptables y pueden prosperar en una variedad de hábitats, incluidos bosques, tundra y praderas.