Erinaceinae

Los erizos son mamíferos nocturnos conocidos por sus distintivas espinas, que usan para defenderse de los depredadores. Son animales solitarios y principalmente buscan alimento durante la noche, alimentándose de insectos, lombrices, caracoles y pequeños vertebrados. Los erizos son hábiles escaladores y nadadores, pero se encuentran más a menudo en el suelo, buscando comida entre la vegetación y la hojarasca.

Los erizos suelen reproducirse durante los meses de primavera y verano. Después de un período de gestación de aproximadamente 4 a 6 semanas, las hembras dan a luz a camadas de 4 a 7 crías, conocidas como ericitos, que nacen ciegas y cubiertas de espinas suaves. La madre cuida y alimenta a los ericitos hasta que son independientes.

Los erizos tienen un cuerpo robusto cubierto de espinas, que les proporciona protección contra los depredadores. Tienen un hocico puntiagudo, ojos pequeños y orejas redondeadas. Los erizos son conocidos por su capacidad de enrollarse en una bola compacta cuando se sienten amenazados, con sus espinas ofreciendo una defensa formidable. Tienen una vida relativamente larga para su tamaño, viviendo a menudo entre 4 y 7 años en la naturaleza.

Los erizos han sido parte de la cultura y el folclore humano durante siglos, a menudo representados como símbolos de sabiduría y protección. En algunas culturas, están asociados con la suerte y la buena fortuna. También han sido mantenidos como mascotas en algunas regiones, aunque sus requisitos de cuidado pueden ser desafiantes.

Los erizos enfrentan amenazas debido a la pérdida de hábitat, la fragmentación y los accidentes en las carreteras. La urbanización y el uso de pesticidas también representan riesgos para sus poblaciones. Los esfuerzos de conservación se centran en la protección del hábitat, la concienciación sobre la conservación de los erizos y la creación de espacios amigables para la vida silvestre en áreas urbanas.