Panthera pardus

Los leopardos son animales solitarios y generalmente actúan solos, excepto durante la temporada de apareamiento. Son depredadores nocturnos que cazan principalmente por la noche, aunque también pueden estar activos al amanecer y al atardecer. Los leopardos son excelentes trepadores y a menudo llevan sus presas capturadas a los árboles para evitar otros depredadores. Tienen una dieta variada, que incluye desde pequeños insectos hasta grandes mamíferos.

Los leopardos suelen alcanzar la madurez sexual entre los 2 y 3 años de edad. No tienen una temporada de cría específica y pueden reproducirse durante todo el año. El período de gestación generalmente dura entre 90 y 105 días, y una camada típicamente consta de uno a tres cachorros. Los cachorros dependen mucho de su madre durante los primeros meses y comenzarán su vida independiente alrededor de los 18 meses de edad.

La complexión del leopardo le permite ser un acechador y cazador excepcional. Su cuerpo es flexible y capaz de acercarse a las presas con un ruido mínimo. Sus extremidades fuertes y garras afiladas le permiten trepar árboles con facilidad. Poseen una visión y audición excelentes, lo que les da ventaja para cazar.

Históricamente, los leopardos estaban ampliamente distribuidos por África, Asia, Oriente Medio y partes de Rusia. Gracias a su adaptabilidad, han podido sobrevivir en diversos entornos, desde selvas tropicales hasta desiertos.

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), los leopardos están actualmente catalogados como una especie vulnerable. Su número está disminuyendo debido a la pérdida de hábitat, la caza y la expansión humana. Se están llevando a cabo esfuerzos de conservación para proteger sus hábitats y reducir los conflictos entre humanos y leopardos.