Mientras que algunas especies de cebras son abundantes y están bien gestionadas en áreas protegidas, otras enfrentan amenazas debido a la pérdida de hábitat, la caza furtiva por su piel y carne, y la competencia con el ganado. Los esfuerzos de conservación se centran en preservar sus hábitats naturales y combatir el comercio ilegal de vida silvestre.