Las morenas verdes pueden alcanzar tamaños grandes, con longitudes comunes de entre 1,5 y 1,8 metros. Su coloración verde no proviene de su piel, sino de una capa de moco amarillo que se mezcla ópticamente con el tono oscuro de su piel. Tienen mandíbulas potentes con dientes afilados, adaptadas para sujetar presas resbaladizas, y un cuerpo largo y flexible que les permite moverse entre las estructuras del arrecife.