Manta birostris

Las Mantarrayas son conocidas por su naturaleza solitaria, aunque también se encuentran en pequeños grupos, especialmente durante la alimentación y la limpieza. Se alimentan de plancton, peces pequeños y, ocasionalmente, crustáceos, nadando con la boca abierta para canalizar su alimento. Las mantarrayas son altamente móviles: las mantarrayas oceánicas realizan largas migraciones a través de los océanos abiertos, mientras que las mantarrayas de arrecife tienden a permanecer en áreas específicas alrededor de los arrecifes de coral e islas.

Las Mantarrayas son ovovivíparas, lo que significa que las hembras dan a luz crías vivas que se desarrollan dentro de huevos en el cuerpo de la madre. Una hembra de mantarraya generalmente da a luz una sola cría cada 2 a 5 años después de un período de gestación de aproximadamente 13 meses. La lenta tasa reproductiva de las mantarrayas hace que sus poblaciones sean particularmente vulnerables a la sobrepesca.

Las Mantarrayas están entre las rayas más grandes, con mantarrayas oceánicas que alcanzan anchos de hasta 7 metros (23 pies) y las mantarrayas de arrecife hasta 4.5 metros (15 pies). Su coloración varía de negro a gris azulado en la parte superior y blanco en la parte inferior, con patrones únicos que pueden ayudar a identificar a los individuos. Las mantarrayas tienen dos aletas cefálicas en forma de cuerno a cada lado de sus anchas bocas, que enrollan mientras nadan y despliegan al alimentarse.

Las Mantarrayas tienen un registro fósil que se remonta a unos 20 millones de años. Su evolución les ha dotado de mecanismos especializados para filtrar alimentos y un cerebro altamente desarrollado, lo que las convierte en una de las especies de peces más inteligentes.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) clasifica a la mantarraya oceánica como Vulnerable, al igual que el estado de la mantarraya de arrecife, debido a las crecientes presiones de la pesca dirigida, las capturas accidentales y la destrucción de hábitats. Las mantarrayas son cazadas por sus branquias, utilizadas en la medicina tradicional, lo que ha provocado una disminución significativa en algunas poblaciones. Los esfuerzos de conservación incluyen leyes protectoras, la creación de áreas marinas protegidas y regulaciones comerciales internacionales bajo CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) para controlar la exportación e importación de productos de mantarrayas. Estas majestuosas criaturas también son populares entre buceadores y practicantes de snorkel, lo que las hace importantes para el ecoturismo, proporcionando un incentivo para su conservación.