El estado de conservación de las focas varía ampliamente según la especie. Algunas, como la foca monje del Mediterráneo, están en peligro debido a la pérdida de hábitat, la caza y la interacción con las pesquerías. Otras, como la foca común, son abundantes y tienen poblaciones estables. Las principales amenazas para las focas incluyen el cambio climático que afecta los hábitats de hielo, la captura incidental en operaciones pesqueras, la contaminación y la caza legal e ilegal. Los esfuerzos de conservación incluyen la protección de hábitats, regulaciones sobre la caza y prácticas de pesca, y acciones para mitigar los impactos del cambio climático.